El llamado Bronce Carriazo es en una placa de bronce
aparecida cerca de Sevilla, que pudo ser parte de un bocado de caballo;
se trata de una representación de la diosa Astarté con peinado de
Hathor, pero sin orejas de novilla, con túnica de mangas cortas ornada
de lirios, y acompañada por dos torsos de ánades cuyas alas se unen
sobre la cabeza de la diosa. Si las aves acuáticas indican su dominio
sobre una parte de la naturaleza, tendríamos aquí una diosa de las
marismas y los esteros, distinta de las advocaciones orientales, donde
no se conocen paralelos para esta iconografía. Los gruesos ánades son
sólo comparables con algunas de las imágenes más naturalistas del arte
egipcio antiguo y puede que en ambos casos procedan de la observación
directa del natural; la diosa toca el cuello de las aves con sus manos
en las que sostiene unas piezas triangulares caladas que son
estilizaciones florales destinadas a dar paso a las bridas. Este
conjunto de diosa con aves y plantas acuáticas es una versión peculiar
que debió ser creada por los artistas gaditanos para representar a la diosa local de las marismas, asimilada con Hathor y Astarté.
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