DE LA PÁGINA gozARTE
Como hoy hace 450 años que murió Miguel Ángel os dejo unas cuantas imágenes de una de sus obras maestras, la Piedad, hecha cuando solo tenía 24 años. Fue un encargo de un cardenal para su tumba en una capilla de la antigua basílica de San Pedro (la que se tiró para construir la actual). En ella había una gran novedad, pues este tema siempre se había tratado con un enorme dramatismo, acentuando el dolor de la madre con su hijo muerto en sus brazos. Aquí, en cambio, tenemos unaVirgen serena y muy joven, y un cristo que parece dormido y sin las huellas del martirio.
Algunos dudaron de que alguien de 24 años hubiera podido hacer algo así, y por eso Miguel Ángel, en un arranque de furia, grabó a cincel su nombre en la escultura, siendo esta la única obra firmada del artista. En la cinta que cruza el pecho de la Virgen puede leerse: «Michael A[n]gelus Bonarotus Florent[inus] Facieba[t]»
En 1972 fue atacada por un tal Laszlo Toth, que en pocos segundos dio quince golpes con un martillo el rostro y el brazo de la Virgen mientras gritaba "¡Yo soy Jesucristo, resucitado de entre los muertos!". La estatua sufrió graves daños, sobre todo en la figura de la Virgen: el martilleo había quitado cincuenta fragmentos, rompiendo su brazo izquierdo y el codo, mientras que la nariz de su rostro estaba prácticamente destruida, así como los párpados. La restauración se inició casi de inmediato, después de un período de estudio, y se llevó a cabo en la medida de lo posible mediante la reutilización de los fragmentos originales, así como una pasta hecha de pegamento y polvo de mármol.
El pobre Laszlo estaba como un cencerro, así que después de un año en un manicomio italiano lo enviaron para su Australia natal. Desde entonces la Piedad está protegida con un vidrio antibalas.
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